Bueno pues aquí la tenéis, esta es nuestra iglesia. Ante la situación creada por el cese temporal de D. David como sacerdote, nos hemos quedado sin la misa que teníamos cada quince días, ahora si queremos, podemos desplazarnos a Bermillo o simplemente no ir que es lo que una inmensa mayoría hacíamos. Nuestra ermita se caerá pronto y nuestra iglesia también si no lo remediamos. Podemos ir al Obispado a reclamar su reparación pero nos van a cerrar la boca preguntándonos ¿Cuántos asisten a misa cada domingo?, ¿cinco? ¿seis?. Pensamos que el asistir a misa tiene además de su función religiosa, unas connotaciones sociales, nos reunimos en la puerta de la iglesia para charlar con nuestros vecinos y contarle nuestros avances con la huerta o con el ganado. ¿Por qué ahora no? ¿Tanto nos cuesta cambiarnos de ropa y venir hasta la iglesia a cultivar nuestras relaciones sociales? ¿O es que con nuestras ovejas y nuestras vacas ya no necesitamos de la amistad de nuestros vecinos?¿Y los que no tienen ni ovejas ni vacas?

    El tejado se encuentra en un estado lamentable, cuando llueve caen goteras por todas partes, hasta en el mismo altar cae un chorro de agua que imposibilita la celebración con normalidad. En la foto podéis ver el portal con el verdín creado por la contínua humedad provocada por las goteras. Ha sido necesario apuntalar la viga porque si no en cualquier momento se nos caía encima.

      En su momento dos albañiles dieron sendos presupuestos para reparar el tejado pero el Obispado no estuvo conforme con la reparación que proponían y envió a un arquitecto el cual puso unas condiciones y pidió que se dieran nuevos presupuestos adapatándose a las mismas.

     Esperemos que en breve estos presupuestos estén en manos del Obispado y que todo se solucione favorablemente porque en caso contrario veremos nuestra iglesia y nuestra ermita llenas de zarzas y con el tejado en el suelo.