Costillar de cordero Sayagués relleno de setas y riñones para 6 personas.

    Tirando de la despensa de Luelmo de Sayago, vamos a preparar un plato de cordero de vanguardia con los productos más tradicionales de la comarca, como son el cordero criado de la forma más natural, ya que la oveja churra Sayaguesa es capaz de recorrer largas distancias en busca de alimento y soportar temperaturas extremas, pero claro este animal está perfectamente adaptado al medio en que se desenvuelve. Lo cual quiere decir que sus corderos son una auténtica pasada para cocinar y para alucinar con su sabor.

    Cantidades: 2 costillares de cordero deshuesado, si se lo decís al carnicero os lo hará sin ningún problema, 0,200g de setas de las que hay en Luelmo, 4 pimientos rojos asados, 0, 500 de patatas, los 2 riñones del cordero, 1 cebolla, 1 vasito de vino blanco,  un poco de aceite de oliva, sal romero y tomillo del camino Zamora es muy importante, porque ahí está el auténtico sabor a tierra castellana. 

    Lo primero que tenemos que hacer es la salsa y para esto tenemos que poner en una cazuela 1 cebolla picada fina y dos dientes de ajo, rehogamos durante unos minutos y echamos los huesos de los costillares, dejamos que se nos dore todo unos minutos y añadimos un poco de vino blanco con sabor a fruta fresca del Cerro Santo, un poco de romero y tomillo  un vaso de agua ¡ojo con la sal ! ya que tiene que reducir a la mitad.

    Dejar hacer y cuando tengamos la salsa en el punto deseado probamos de sal y reservamos hasta el final. 

    Ahora llega la operación mas delicada pero sencilla no os asustéis que querer es poder y vosotras podéis.

    Las setas y los riñones del cordero los cortamos en láminas finas, y en una sartén con un poco de aceite y un ajo picado, las saltemos unos minutos, se hacen enseguida y aquí si es conveniente echar un poco de tomillo y romero picado junto con un poco de sal, una vez salteados los dejamos enfriar un poco para poder manipularlo mejor.

    Extender los costillares deshuesados sobre una base amplia, echar un poco de sal y extender el relleno sobre el cordero, una vez extendido, lo tenemos que enrollar con cuidadín para que no se nos salga el relleno, de la misma forma que enrollamos el  brazo de gitano. Bueno ya queda poco, yo lo que suelo hacer es con hilo bala envolverlo, pero si no os arregláis hay otra forma mas fácil que es esta, poner papel albal debajo y enrollarlo, retorcemos los extremos para cerrarlo y que no se nos salgan los jugos del cordero cuando lo asemos.

    Horno a 180º durante 20 o 25 minutos y ya está, si lo hacéis con papel albal no hace falta ni aceite ni nada de nada, sino tenéis que echar un poco de aceite en la bandeja y cuidar un poco más de vez en cuando, de las dos formas queda guay del paraguay. 

    Importante ¡ejemplo! si  tenemos idea de comer a las 2,30 meter al horno a la 1,45

    Momento estrella: ¡tatachán!,  desenvolvemos el cordero asado y lo cortamos con cuidado para que no se nos desarme, lo ponemos en los platos 2 o 3 medallones por comensal, las patatas asadas y los pimientos rociando con un poco de la  salsa que tenemos calentita. A modo de sugerencia nunca hay que olvidar que con la vista también se come.

    Que tal la idea de pasar un momento mágico que nos haga soñar con esos momentos en los que toda la familia se reunía alrededor de una buena mesa y un plato sencillo. Pues no perdáis la ocasión y hacerlo, bueno el postre y el vino lo dejo a vuestro buen gusto personal.